septiembre 26, 2020

Capítulo 20—Cómo resistir la tentación

Por J-7M

Los que son participantes de la naturaleza divina, no cederán a la tentación. El enemigo está trabajando con todo su poder para vencer a los que se esfuerzan por vivir la vida cristiana. Con la esperanza de que cedan, los tienta. Así espera desanimarlos. Pero los que han asentado firmemente sus pies en la Roca de los siglos, no cederán a sus estratagemas. Recordarán que Dios es su Padre y Cristo su Ayudador. El Salvador vino a este mundo a traer fuerza a cada persona tentada y probada para que venza, así como él venció. Yo conozco el poder de la tentación; yo conozco los peligros que yacen en el camino; pero sé también que hay provisión de fuerza suficiente para cada momento de necesidad, para los que están luchando contra la tentación. MJ 56.3

Hay que evitar las tentaciones innecesarias

“Pero Dios es fiel, y no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir. Antes, junto con la tentación os dará también la salida, para que podáis soportar”.1 Y también a nosotros nos toca una parte que realizar. No nos hemos de colocar innecesariamente en el camino de la tentación. Dios dice: “Salid de en medio de ellos, y apartaos […]. No toquéis lo impuro, y yo os recibiré. Y seré vuestro Padre, y vosotros seréis mis hijos e hijas”.2 ¿Cómo podemos esperar que Dios nos guarde de caer, si por la asociación con los mundanos en busca de placer, por nuestra conformidad con prácticas mundanales, por la unión de nuestros intereses con los incrédulos, colocamos nuestros pies en la senda de la tentación y el pecado? MJ 57.1

Manténganse alejados de las influencias corruptoras del mundo. No vayan espontáneamente a lugares donde las fuerzas del enemigo se hallan poderosamente atrincheradas. MJ 57.2

No vayan a donde han de ser tentados y descarriados. Pero si tienen un mensaje para los incrédulos, y si viven tan cerca de Dios que pueden hablarles una palabra a tiempo, pueden hacer una obra que los ayudará y honrará a Dios. Jesús dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno”.3The Review and Herald, 14 de abril de 1904. MJ 57.3

El deber antes que la inclinación

Cuando los jóvenes intenten romper con el dominio de Satanás, él redoblará sus tentaciones. Sacando ventaja de la ignorancia y la inexperiencia de ellos, intenta oscurecer la distinción entre el bien y el mal. Se transforma en un ángel de luz, y con engañosas promesas de placer los induce a entrar en su sendero prohibido. Si los jóvenes han formado el hábito de seguir la inclinación antes que el deber, hallarán difícil resistir la tentación. No ven el peligro de entregarse, aunque sea una sola vez, a los placeres prohibidos. Las sugestiones de Satanás despertarán todo vestigio de depravación que haya en el corazón.—The Signs of the Times, 19 de enero de 1882. MJ 57.4